Un grupo de inocentes jovenzuelos, van por carretera con rumbo a no me acuerdo donde (y tampoco nos importa). El calor es abrazador, y casualidades del destino justo se les pincha un neumático en medio de la nada. Al parecer, lo suyo no es la mecánica porque tardan un kilo en cambiar una simple rueda ¿o querrán sortear a la suerte por algún posible problema mayor? Porque no existe otra explicación. La cosa es que mientras los machos alfa tratan de solucionar el problema. Los demás van contando las malaventuranzas de sus tan sufridas vidas. Y nadie se percata que, repentinamente una bala acaba de desparramar los pocos sesos que tenía uno de sus amigos (del que no recuerdan ni el nombre). En fin, el asunto se comienza a poner color de hormiga cuando otra balita deja tuerta a otra pobre desgraciada. Y así suma y sigue….
En cuestión de una hora, salen disparadas las ruedas, a otro lo dejan como colador de tantos hoyos que le propinaron (y cosa increíble, no se muere nunca). Sin contar a la que se las sabe todas con esto de las road movies, y que finalmente cree que se ha salvado. Pues no hay que ser muy listos, para ya darnos cuenta que hay un pobre diablo que esta disparando (a todo lo que da) a aquellas inocentes almas. Simplemente se le antojó una mañana tomar su escopeta full visión nocturna y a disparar se ha dicho. Correr no sirve de mucho, si los tienen constantemente en la mira.
La cámara por momentos le da como una especie de ataque epiléptico, y no para de moverse en las escenas más vertiginosas. El problema es que tratan de hacernos caer en su casi extremo dramatismo. Pero las risas no se hacen esperar.
Aquí todo es exagerado, desde las caras (¿de horror?) de sus protagonistas, hasta la falta de inteligencia para salir de una situación que no se requería del máximo de ejercicio neuronal.
Todo lo demás, es un océano profundo de cutrerío gore y pésimos diálogos. Esta es como una basurilla que se te quedó pegada en el ojo sangrante, y de tanto absurdo junto te termina por agradar (y cosa increíble) también entretener......... por momentos.
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Título: "Trench 11" (2017).
En plan post guerra (temática tan violada como manoseada), un grupo de soldados (algo desaliñados) buscan entre las trincheras una cámara secreta donde los nazis han dejado abandonado algunos de sus experimentos, hasta ahora desconocidos. La brillante idea, consiste en quedarse con aquellos experimentos y quizás desarrollarlos para otros propósitos, no muy buenitos. Pero como en todo lugar abandonado, aquellos soldaditos de juguete se arriesgan a encontrar quizás que cosa que los nazis estaban desarrollando. Para ello, se dan todas las instancias, hasta dar con aquello que habita entre laberintos oscuros y derrumbes varios. Y por suerte lo encuentran (de lo contrario no hay peli) y no logran entender lo avanzado que estaban los malditos nazis. Puesto que han conseguido crear una especie tipo morgellons que se aloja en sus víctimas causándoles todo tipo de mutaciones y purulencias generalizadas (que no se quitan ni con pomada).
En fin, es como ver otra versión de La Cosa de Carpenter (sorry John por el insulto) pero con guantes quirúrgicos para no salir tampoco infectados.
No es tan generosa en escenas gore, pero las hay (y se agradece, sobretodo si destacamos una que es algo así como una especie de oda a Day Of The Dead, por nombrar una).
Lamentablemente la historia tiene menos consistencia que un tarro de pus verdoso, y que pareciera que en cualquier momento le saldrán patas y saldrá corriendo. Pero bueno, aquí no hay que pensar….
Todo lo contrario hay que disfrutar viendo como le vuelan la tapa del cráneo a un pobre infeliz, que se quiso pasar de listo, traiciones híper predecibles, y otras delicadezas.
Así es que amantes del gore (medido, pero gore al fin y al cabo), esta puede ser disfrutable pero viéndola en cuarentena. Lo demás no tiene la mayor relevancia.
Ha escrito para ustedes @TomAstrovolt
Saludos y nos vemos en la próxima.
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