Título: "Hostiles" (2017).
Director: Scott Cooper.
Director de Fotografía: Masanobu Takayanagi.
Guión: Scott Cooper.
Música: Max Richter.
Protagonistas: Christian Bale - Rosamund Pike - Wes Studi - Jesse Plemons - Adam Beach - Rory Cochrane - Ben Foster.
Como hemos dicho en publicaciones anteriores, no hay nada mejor que ver una película que nos de para pensar, y en su defecto que nos abra los sentidos a alguna de reflexión. Sin duda que ese tipo de historias no se pueden dejar pasar, siempre y cuando no caigan en algún tipo de excesiva pretensión. Es así, que la historia que presenta Hostiles, es en esencia universal, que no tiene ni tiempo, ni espacio, ya que prácticamente pudo ser contada en cualquier época, y de seguro tendría el mismo y profundo efecto ¿o quizás no? Pensándolo bien, puede que no.
Varias películas del género western tienen historias que transgreden el típico jueguito de pistolas y balas al aire sin sentido, y si bien no es necesario comenzar a enumerarlas, pocas tienen el nivel de sensibilidad y asertividad que desarrolla esta película, sobretodo porque va deshilando una trama que pareciera superficial (pero que en realidad no lo es) con una naturalidad que golpea como pocas. Por ello, aquí hay muchas preguntas que van saliendo a flote, que no intentan tocar para nada asuntos morales sino más bien cuestionan las actitudes del ser humano que nos puede llevar o a la miseria del alma, o a algo mucho mejor, algo que finalmente nos haga mantenernos tranquilos con nosotros mismos.
Podemos odiar, pero también amar, y durante la necesaria transición que nos obliga a pasar de una a otra, la llave que abre todas las puertas no es otra que el perdón, pero el perdón que nace del alma, no del pensamiento. Ahora bien, los personajes pasan por experiencias traumáticas muchas de ellas difíciles de superar, pero hay momentos en que llega la calma que es bienvenida como el mejor de los bálsamos. Y es que no muchos de ellos, ven mucho más allá de lo que se puede apreciar a simple vista. Como bien dicen, el tiempo suele ser de muy buena ayuda, aunque en el momento, no se logre entender de que va todo lo ocurrido y lo por ocurrir.
El luchar con el único fin de demostrar al resto que pueden doblegar a quien sea y como sea, pero que a medida que el tiempo pasa de seguro terminaría cansando a cualquiera. Y es eso justamente lo que propone (memorablemente, hay que mencionarlo) el director Scott Cooper, sobretodo en el personaje (y otro también, mucho más elocuente, pero eso tienen que descubrirlo por si mismos) del Cheyenne Yellow Hawk (interpretado sólidamente por Wes Studi) quien parece, que al final de sus días entiende mejor que nadie que toda lucha no ha sido en vano, siempre y cuando no sea ejecutada a través del odio, sino por el genuino derecho de defender lo que se cree es propio. Pero también es imposible dejar de lado una muy importante pregunta: ¿de que sirve todo esto, si estamos en el mundo un tiempo tan breve?, ¿vale la pena entonces odiar el resto de tu vida? ¿Para qué? Si las cosas pasan por algo, pero lo importante es como cada uno de los personajes pueden volver a ponerse de pie, dándose ellos mismos el tiempo necesario para una nueva oportunidad. Al final todos son personas, arrastran lo mejor y lo peor de cada uno, pero terminan aprendiendo lo que hasta ahora ignoraban. Pues de eso se trata la vida ¿no?
Es por todo esto (y más), que la película de Cooper es tan maravillosa de apreciar, y entender todos y cada uno de sus mensajes, que vale la pena descubrir. Sin dejar de lado el impresionante y sobrecogedor trabajo de fotografía a cargo del japonés Masanobu Takayanagi, que sin duda es uno de los más prolijos y cuidados que hemos visto este año. Hemos tratado de encontrar algo que no nos haya agradado de toda le película, pero no lo hemos conseguido, todo lo contrario, terminamos por agradecer que aún hay intensión de hacer buen cine. Porque a veces no basta con un puñado de buenas actuaciones y una historia profundamente reflexiva, también nos fijamos en la música (absolutamente sublime), y un excelente trabajo tanto técnico como artístico. Que nos termina no solo de convencer, sino pensar que aquí podríamos tener más de alguna sorpresa en la fiesta del tío Oscar, que se acerca a pasos agigantados. De ser así, ya se acordarán de nosotros.
Corre el año 1892, en un fuerte ubicado en Fort Berringer, Nuevo México. Ahí el capitán Joseph Blocker le es asignado la que sería su última, y más ingrata misión. Según órdenes estrictas, provenientes de Washington, el presidente ha ordenado una comitiva que lleve al prisionero jefe Cheyenne Yellow Hawk, y su familia de regreso a sus tierras ubicada en Montana. Blocker y Hawk se vieron enfrentados anteriormente en una sangrienta guerra, donde murieron tanto indios como soldados de su frente, quienes muchos de ellos también eran sus amigos, por lo que ante su evidente negativa es amenazado con una corte marcial de no cumplir con el propósito del gobierno. Sin más remedio, Blocker recluta a sus mejores soldados, quienes también los une una profunda amistad. Emprenden así una travesía que inicialmente está marcada por el odio y el rencor, pero no sospechan que más bien sea un necesario viaje de redención.
Impresionante actuación de Christian Bale en su papel del capitán Bloquer, principalmente porque logra manejar perfectamente los cambios al que es sometido su personaje, haciéndolo siempre reconocible, pero que entrega varios matices bastante interesantes de ver a medida que la historia nos van entregando momentos de profundo significado. Lo acompañan también varios actores, que por muy breve que sea su participación en la historia, no pasan desapercibidos: Ben Foster (interpretando al sargento Charles Wills, que como siempre le aporta un impresionante grado de intensidad a los momentos clave de la trama), lo mismo ocurre con Scott Wilson (que en paz descanse, y que en la película esta más hostil que nunca), y Timothée Chalamet, entre otros.
Una de las mejores películas del mes, con potentes y muy inteligentes diálogos que no deben dejar pasar.
Escribir suele dar hambre
@TomAstrovolt
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