Director: Corin Hardy.
Guión: Gary Dauberman.
Música: Abel Korzeniowski.
Protagonistas: Demián Bichir - Taissa Farmiga - Jonas Bloquet - Charlotte Hope - Ingrid Bisu - Bonnie Aarons.
En un monasterio a mal traer, un sacerdote y una novicia investigan la muerte de una monja. Pero hay algo demoníaco que controla el lugar. Aquella amenaza tiene la apariencia de una monja siniestra cuyo oscuro propósito traerá muerte y desolación.
Por lo visto, los spin off parecen una especie de subgénero que poco a poco va tomando fuerza dependiendo del éxito de su predecesora. Y ese es el caso de El Conjuro 1 y 2, películas que se están convirtiendo en una franquicia cinematográfica (al parecer) inagotable. Ya fue el turno de Annabelle, y ahora le toca a La Monja (o Valak en la jerga demonóloga), una película que ha sido sin dudas una de las más esperadas del año. Y se nos viene a la mente la mencionada El Conjuro, ya que tiene el mismo ritmo y estilo narrativo, aunque con algunas mínimas diferencias. Lo primero que llama la atención, es la bastante bien lograda ambientación y el tratamiento de ciertas escenas. Atribuidas al talento del director Colin Hardy (responsable de la espeluznante The Hallow, que sigue siendo una de nuestras favoritas). Aunque también por momentos todo parezca demasiado sobre producido (y por que no decirlo, hasta muy plástico). Era cosa de tiempo, luego del éxito de The Hallow, que Hardy volviera a la pantalla grande con bombos y platillos. Pero no demoraremos más en decir, que la historia no lo benefició del todo. Principalmente, porque son bastantes pocas las novedades que hay aquí para darle una importancia que realmente no merece.
La historia tiene un opening que podríamos calificar como prometedor. La aparición de la monja no se hace esperar, amenazante entre pasillos tenebrosos y olvidados. Complementada con una musicalización que engrandece su maquiavélica presencia, parece que no te dará respiro (tipo It 2017). Pero hay otras cosas que emergen en la historia, con la intensión de crearnos también el interés en los otros personajes (con casi nulo desarrollo). Pero pronto (y muy lamentablemente) el recurso comienza a cansar un poco. Aún así, la historia descansa en un personaje en especial (porque no todo puede ser horror y uno que otro sobresalto inesperado) que trata de imponer el humor negro (absurdo) al asunto, pero sin lograrlo del todo (al menos, en lo particular no nos hizo mucha gracia la verdad).
Es evidente, el estigma de El Conjuro que arrastra esta historia en particular. Ya que no hay que observar fijamente para notar sus evidentes referencias, que simplemente son infinitamente innecesarias. Lo interesante, es la clara intención de Hardy de romper con ciertos clichés propios del género, aunque por otro lado descuida lo predecible que puede llegar a ser por momentos. Y es que el guion no es de los mejores, tiene unos vacíos tan grandes que nos cuesta comprender que es sólo eso y no más. Lo mejor de todo, es ver al mexicano Demian Bichir en el que es su primer protagónico. Y del que quizás se hable un poco más, luego de que en una entrevista respondiera que no le tiene miedo a los muertos, más a los vivos sobretodo si han hecho basuras de reality shows para luego ser presidentes (¡!).
En fin, estamos frente a una película que tiene todos los síntomas de convertirse en la sobrevalorada del mes. Por momentos aterradora, de impecable ambientación gótica, pero también un poco agotadora y enfermizamente absurda. Ojo que ya se habla de maldiciones y cosas por el estilo.
Gracias por leer, y nos vemos en la próxima
@TomAstrovolt
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No olvides dejar tú comentario