Para empezar (e ilustrar a quienes definitivamente no entienden el concepto). Existe una gran diferencia entre un infectado, y un zombie (y quizás nos parece hasta absurdo exponerlo, a pesar que ya lo habíamos hecho en otras oportunidades). Pero es necesario, si queremos seguir explorando en este subgénero, que hemos descubierto se ha ido renovando con los años. En el más estricto de los rigores, un infectado no necesariamente tiene que morir para resetear su sistema inmune, para luego despertar (casi por arte de magia) con ganas de zamparse una buena tibia. En cambio el zombie si, esta criatura muere en el acto, pero revive (iniciándose así su inexorable y característica descomposición). Y lo peor de este esperpento, es que al transformarse en un muerto/vivo, no viene a este mundo a otra cosa que hacerles la vida de cuadritos a los pobrecitos sobrevivientes.
Después de esta tan ilustrativa explicación, no logramos entender como muchos han definido a los antagonistas de “Los Hambrientos” como zombies. Ya que en ninguna parte de la película, luego de dispararles, se volvieron a levantar jamás. Todos cayeron como moscas derechito al suelo. Estos (para contextualizar aún más a los duros de cabeza), tenían una particularidad bastante interesante: construyen una montaña de sillas, y se quedan como hipnotizados mirándola sin motivo aparente. Y creemos, que todos ellos eran ingenieros en construcción o algo así, porque hasta ahora no logramos otra explicación (y a decir verdad es la primera que se nos vino a la cabeza, por estúpida y ridícula que sea).
La historia se centra en el norte de Canadá, donde un grupo de sobrevivientes corren de un lado a otro, tratando de escapar de unos más que odiosos infectados (¡No zombies!). Nadie sabe mucho de como se inició todo, (aún no existe la película que lo explique con lujo de detalles… cosa bastante extraña). Sólo saben que si escuchan algún grito (y no precisamente de ultratumba), deben correr piececitos para que los quiero. Y cada personaje hace lo suyo, corriendo como en las olimpiadas, a excepción de un par de viejas quienes en su vida han participado en maratón alguna (pero como siempre hay una primera vez, aquí no les queda de otra). Como es común en este tipo de películas (y esta no es (lamentablemente) la excepción), aquí no hay más que comer, que las sobras de otros, o en casos extremos comerse las uñas.
Vale decir, no hay otro fin que la sobrevivencia. Pero con un par de diferencias que pondrán en jaque a los fans del género. Primero, porque aquí no hay ninguna escena explícita que nos de a entender que a los infectados les guste la carne humana. Sólo veremos una que otra herida (bastante inverosímil hay que mencionarlo, porque si te dejaron con media cara, mínimo grita un poco). Todo lo que respecta a este tema (que es lejos lo que más nos atrae), es casi sugerido. Segundo, es que la mayor atención recae en los sobrevivientes, que de verdad andan como alma en pena (por no decir: verdaderos zombies), sin saber que hacer realmente (más que correr). Y tercero, que la película nos hace sentir verdaderamente desamparados, porque al parecer aquí nadie es líder en tierra de nadie (a excepción de los zom…, perdón los infectados (es que la palabra es pegajosa)).
No obstante, hay bastante tensión, un par de escenas de humor negro (de lo más absurdo), sangre (pero más como manchas en la ropa de los sobrevivientes que otra cosa), una historia, a ratos predecible pero que al menos trata de rescatar los códigos propios del género, para entregarnos alguna novedad que nos logre interesar. Lo peor de toda la película, es que en muchas partes se queda como petrificada en mostrar absolutamente nada sobresaliente, y a ratos decae un poco su ritmo. Lo raro, es que la historia era por momentos bastante surreal, y se podría haber aprovechado más este recurso, pero por una extraña razón no se atrevieron ir un poco más allá (y esto si que hubiera sido más que sublime).
Lejos lo más intrigante de todo, eran las montañas de sillas… pero como nosotros algo ya de cine sabemos. Nos hicimos de paciencia (y debemos reconocer que esto sólo fue por una mera intuición). Ya que necesitábamos algunas respuestas, y se nos ocurrió que al final tendríamos algo de suerte. Esperamos a que pasaran todos los créditos (cosa que esta vez no fue tan difícil, porque la música de fondo eran quejidos y gritillos varios que nos pusieron la carne de gallina). Nos mantuvo en tensión, hasta que la pantalla repentinamente se oscureció, y apareció algo que nos dejó con la boca abierta…
Titulo: "Los Hambrientos" ("Les Affamés") (2017).
País: Canadá.
Director: Robin Aubert.
Guión: Robin Aubert.
Música: Peter Henry Phillips.
Protagonistas: Monia Chokri - Marc-André Grondin - Brigitte Poupart - Patrick Hivon - Micheline Lanctôt - Luc Proulx.
Gracias por leer, y nos vemos en la próxima.
🐥 @TomAstrovolt
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