domingo, 4 de agosto de 2019

CinemaRacconto: La Maldición De Las Tres Madres

Título: "Suspiria" (1977). País: Italia. Director: Dario Argento. Guión: Daria Nicolodi, Dario Argento (Inspirada en el libro: "Suspiria de Profundis" escrito por Thomas De Quincey). Música: Goblin, Dario Argento, Máximo Morante, Fabio Pignatelli, Claudio Simonetti.  Protagonistas: Jessica Harper - Stefania Casini - Flavio Bucci - Udo Kier -  Miguel Bosé.
Mater Lacrymarum, Mater Suspiriorum, y Mater Tenebrarum es la enigmática trilogía de Las Tres Madres, creadas por el padre del giallo Darío Argento. Para quienes seguimos a este gran realizador italiano, es una grata (y terrorífica) odisea adentrarnos en la que ha sido su obra más exitosa a nivel comercial, y una de las más alabadas por la critica. Si bien, su filmografía no destaca principalmente por manejar temas detalladamente filosóficos o que generen debates. Suspiria, tiene un halo de misterio tan inquietante como facilista al mismo tiempo. Culpablemente facilista, ya que Argento más que mostrar lo que podría ser un aquelarre propiamente tal. Prefiere usar sus bien comprobados métodos, para que el espectador se sienta siniestramente perturbado en una atmósfera no sólo intrigante, sino también hermosa. Combinación bastante poco usual en el cine de terror. Y es que los cuidados detalles estéticos de ambientación, y el acertado uso de colores sobrecargados, son sin duda un personaje más dentro de la historia. Ahora bien, también hay momentos tan artificiales, que puede parecernos bastante ingenuos (y por que no decirlo, hasta ridículos). Aunque hablamos de una película que se estrenó hace ya cuarenta años atrás, por lo que los guiños a cintas antiguas son casi recurrentes en el cine de Argento. Por irrisorios que muchos de ellos puedan parecernos hoy en día, en su momento su propuesta se convirtió en todo un fenómeno. Inicialmente porque de forma estructural, el giallo en ese entonces era considerado un género de suspenso cuya historia giraba principalmente en casos policiales. Pero que Argento supo darle un giro más sobrenatural, hasta ese entonces nunca antes visto.
La historia oculta también un trasfondo social y político de la época, sobretodo en tiempos en que las mujeres comenzaban a organizarse para obtener distintos espacios, que en ese entonces eran de dominio netamente masculino. Argento (quien en esos años ya tenía un progresivo reconocimiento dentro del género), decidió agregar el factor paranormal a la historia, no sólo para obtener el completo interés de la audiencia, sino también para disimular un peligro que nunca se deja ver, pero que si es posible percibir. Para ello, decidió utilizar distintas técnicas tanto para dar realce a los momentos más importantes de la historia, como para sugerirnos notablemente que tal vez cada color nos indicaba la emocionalidad a la que sus personajes eran expuestos. Así también como un nuevo recurso ante la expresión y presencia de peligro. Pero también generó notable relevancia, su exquisito gusto por presentarnos un cuento de brujas de lo más estilizado que el cine de terror nos ha entregado jamás. Y es que los cuidados decorados, los colores en sus diferentes tonalidades, la profundidad de campo de cada encuadre (que el director se encargó de que no se repitieran a lo largo de toda la película), el vestuario de sus personajes, la iluminación y una musicalización exagerada, hicieron que terminara por convertirse indiscutidamente en una película de culto.
Es imposible no hacer mención, de la absoluta neurosis que de manera personal nos produjo al escuchar aquella inquietante musicalización creada por Goblin y el propio Argento. Susurros y alaridos que se nos grabaron en la mente por años. Una especie de sonata siniestra, que nos indicaba que al igual que los colores, las sombras y la profunda oscuridad, la música era otro personaje que acechaba tanto a sus personajes como a los espectadores.
Debemos reconocer también, que jamás le perdonamos a Argento la manera tan simplista que utilizó para resolver varios acertijos de la historia. Para nosotros, uno de los más notorios fue la poca exposición de aquel aquelarre demoníaco, disfrazado de glamour. Sus brujas y sus ocultos rituales, de seguro que generaban un interés indescriptible y que terminaron abruptamente por silenciar cualquier tipo de conjetura al respecto. Y quizás, esa es una de las cosas que más hemos admirado de la obra de Guadagnino. Ya que muchas de las interrogantes que nos dejó Argento en su obra, fueron indiscutidamente extendidas en su remake, y que el público terminó agradeciendo. Quizás de ahí nació la reconocida obsesión de Guadagnino con la película de Argento.
Sin duda una obra de culto, que todo fan del género debe ver una y otra, y otra vez. Lo mejor de Argento, en su mejor época.
En una escala de 1 a 10: 10.

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Título: "Inferno" (1980). País: Italia. Director: Dario Argento. Guión: Dario Argento (Inspirada en el libro: "Suspiria de Profundis" escrito por Thomas De Quincey) . Música: Keith Emerson. Protagonistas: Leigh McCloskey - Irene Miracle - Eleonora Giorgi - Daria Nicolodi - Sacha Pitoeff.
Rose es una poetisa que vive en Nueva York, quien en busca de inspiración ha comprado un misterioso libro. En él se relata la historia de un grupo ancestral, que se presume domina el mundo. La leyenda cuenta, como un arquitecto construyó tres mansiones en tres distintos países, por mandato de tres poderosas brujas: Madre Suspiorium, Madre Lacrymarum y Madre Tenebrarum. Su curiosidad se transforma en intriga, cuando descubre que el lugar donde vive, posiblemente es una de aquellas mansiones. Totalmente absorta Rose, inicia una investigación con el fin de descubrir si dicha leyenda está basada en acontecimientos realmente ocurridos. Por ello, envía dos cartas: una para su hermano Mark (residente en Roma) y otra para su mejor amiga (que vive en Nueva York). Con el fin de compartir un tema oscuro, y peligroso que se ha convertido para ella en toda una obsesión. Preocupado por su hermana, Mark viaja a Nueva York y casi sin la más mínima intención, se verá involucrado en una cadena de extraños asesinatos.
Dirigida inicialmente por Dario Argento, Inferno es una de las películas mejor logradas dentro de la filmografía del realizador italiano (considerada entre las 50 mejores películas de terror según la revista Total Film). Principalmente, porque le resta sutilmente importancia dentro del mundo paranormal como lo hizo con Suspiria. Esta vez, el realizador prefirió desarrollar su historia, casi en su totalidad dentro del genero giallo, y el resultado es una angustiosa cadena de misterios de lo más interesante. Claro que no prescinde en su totalidad del género del terror que lo hizo famoso. Aquí encontramos todos sus códigos, pero absolutamente ampliados en un trabajo artístico y narrativo casi insuperable. 
Mencionamos que Inferno fue inicialmente dirigida por Argento, ya que durante su rodaje el realizador con aires barrocos tuvo problemas de salud. Ante esto, Mario Bava (no acreditado) y su hijo Lamberto Bava, se encargaron de darle vida a la historia durante su recuperación. Quizás en algunas ocaciones, este tipo de dificultades puede que pongan en riesgo el desarrollo de una película, pero afortunadamente Inferno corrió mejor suerte. Y es que lo que más impresiona de esta obra en particular, es la total facilidad de los tres realizadores para destruir la mayoría de los códigos del género del horror, y darle una estructura absolutamente innovadora. Y es que en Inferno, podemos pasar desde el misterio más angustiante, hasta la sorpresa más inesperada, tanto en sus distintas ambientaciones como en la participación de sus personajes. 
Sin duda, que es lejos la obra más gótica de Argento. La mayoría de sus escenarios están en penumbras, y la maestría para utilizar las sombras da a entender claramente la infuencia Hitchcockniana en los momentos más reveladores de la historia. Claro que Argento, también recurre a su estilo más serial killer infaltable, dónde su brazo aparece de entre las penumbras con un brillante cuchillo en mano haciendo de las suyas. Y decimos “su brazo”, ya que es conocido su gusto por mostrarlo cada vez que algún personaje se quiere pasar de listo, (o en su defecto) sabe más de lo permitido. 
Llama la atención, que esta sea una segunda parte, principalmente porque si no existiera Suspiria, Inferno funcionaría perfectamente como una película narrativamente independiente. No obstante, Argento sugiere que la historia original sigue presente, volviendo a utilizar (aunque en menor medida) varios de los colores que ya son parte de la emocionalidad de la película. Así también, varios de sus decorados ostentosos, pero utilizándolos esta vez en los momentos culmines de la trama, que ejercen un nivel tan espectacular como directamente sorpresivo. 
Pero también, es necesario mencionar varios detalles bastante simplistas y casi frívolos que van de la mano de las actuaciones. Ya que, quizás puede que no sea muy acertado todos esos estilos sobrecargados que usualmente encontramos más en el teatro que en el cine. Y puede que aquí, la influencia de Bava más bien jugó notoriamente en contra. Y es que algunas escenas, son innecesariamente largas, porque el espectador ya sabe perfectamente el significado de lo ocurrido. Y otras en cambio, caen directamente en lo naif. Otro punto que consideramos importante mencionar, es la banda sonora. Quien esta vez, está a cargo de Keith Emerson La verdad, es que hay momentos bastante interesantes que ocurren con su música de fondo, pero hay otros, que simplemente arruinan sobremanera el alto nivel visual de varias de sus escenas. Y bueno, sinceramente la musicalización en una película ochentera pocas veces ha sido una sincronía perfecta. 
En fin, con más pro que contras Inferno de Argento (considerada como una se sus realizaciones favoritas) es una obra original, que pocas veces ha sido visto (al menos en estilo) dentro de las películas actuales. Quizás por estos lados, no ha sido su obra más conocida, al menos  no se pierde nada al verla.
En una escala de 1 al 10: 10. (Una obra gótica y sádica al mismo tiempo insuperable).  

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Título: "La Terza Madre" (2007). País: Italia. Director: Dario Argento. Guión: Jace Anderson, Dario Argento. Música: Claudio Simonetti. Protagonistas: Asia Argento - Udo Kier - Cristian Solimeno - Daria Nicolodi - Coralina Cataldi-Tassoni - Moran Atias - Philippe Leroy.
Esta es la más satánica y violenta de todas. Pero también la más reveladora, ya que La Madre De Las Lágrimas da fin a la trilogía ocultista creada por Argento. 
Sarah trabaja en un museo en Roma, dónde llega un misterioso paquete para el director del museo. En su ausencia, Sarah y una colega amiga no resisten la tentación de abrirlo. En su interior, descubren varios objetos que al parecer tienen directa relación con la magia negra. Comienzan así, una investigación que las ayude a decifrar la época de dichos objetos. Pero sin sospecharlo, han despertado a una presencia demoníaca que exije un sangriento sacrificio. Poco a poco, Sarah se verá arrinconada por fuerzas sobrenaturales que no quieren que se descubra el horrible propósito que tienen para la humanidad. 
Si las películas anteriores estaban descritas con un halo de misterio, La Madre De Las Lágrimas es todo lo contrario, y los motivos son más que reconocibles. Argento, se atreve a ir un paso más allá no sólo con las escenas de gore y violencia, sino que rompe con la mayoría de los esquemas de las anteriores películas. Uno de ellos, es que Argento se abre camino utilizando de manera notable los exteriores, aquí ya no hace tanto uso de los ambientes reducidos y opresores. Aquí gran parte de la historia ocurre durante el día, aunque se reserva lo mejor para la oscuridad siniestra que tan bien le sienta (y vamos, que estamos hablando de Dario Argento). Otro de los puntos interesantes de este cierre de trilogía, es su impresionante capacidad para unir todas las películas en una. Y es que aquí encontramos referencias a las dos primeras películas, ya sea por algunas escenas, narrativamente, estética  y/o también por el magnífico empleo de la musicalización a cargo de Claudio Simonetti (miembro de Goblin, quien sin duda, ha sido lejos la mejor creación musical desde Suspiria, que incluye también sonatas oscuras y atemorizantes bañadas de black metal). 
Sin duda que La Madre De Las Lágrimas, es una de las obras más evolucionadas dentro de la extensa filmografía de Argento. Primero, porque ha demostrado su absoluta versatilidad para adaptarse a los nuevos tiempos, considerando también que ha ampliado el espectro del cine fantástico, haciendo un impresionante buen uso de los efectos especiales modernos. Así también, su absoluto desapego por los personajes quien para Argento la gran mayoría son sacrificables, y es que aquí pocos se salvan dentro de la orgía ocultista que se deja ver casi de principio a fin. Sin contar, aquellos personajes que son totalmente una novedad dentro de la filmografía de Argento (que obviamente no revelaremos), pero que no dejan de sorprender cada vez que aparecen en pantalla.
Sin duda que esta es una de las obras menos conocidas del realizador, pero que no obstante se nota que el ciclo lo cierra con broche de oro. Argento se atreve a entregarnos lo mejor de su estilo, pero con renovaciones sorprendentes y (por que no decirlo) también arriesgadas, lástima que esta siga siendo su última película hasta la fecha.
                                                            En una escala de 1 a 10: 10.

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Título: "Suspiria" (2018). País: Italia. Director: Luca Guadagnino. Guión: Dave Kajganich (Basada en los personajes creados por: Dario Argento, Daria Nicolodi). Música: Thom Yorke. Protagonistas: Dakota Johnson - Tilda Swinton - Chloë Grace Moretz - Mia Goth - Jessica Harper - Sylvie Testud - Angela Winkler - Malgorzata Bela - Renée Soutendijk - Ingrid Caven - Lutz Ebersdorf - Vanda Capriolo - Toby Ashraf - Fabrizia Sacchi - Elena Fokina.
Todos aquellos que conocen el universo a veces impredecible de este blog, saben lo que opinamos sobre los remakes. Y no vale la pena volver a hace mención al respecto, pues creemos ha quedado bastante claro. Pero algo extraño nos ocurrió con esta película en particular. Principalmente porque los fans del género del horror sabemos quien es Darío Argento, y cual es su arte macabro que nos ha entregado a manos llenas durante varias décadas. Y hasta ahora, (y si bien la memoria no nos falla) es la primera vez que se hace un remake de una de sus películas (y vaya que Luca Guadagnino eligió una de sus obras más icónicas para rendirle homenaje). Por cierto, fue el mismo Guadagnino quien aseguró que se obsesionó con la obra de Argento desde el primer momento en que la vio. Y en esta nueva versión, trató de entregar un mayor desarrollo tanto en la historia como en los personajes, que no están exentos de una muy hipnotizante complejidad (quizás uno de los principales talentos de Guadagnino que priman en varias de sus películas).
Es imposible no mencionar nuestra sorpresa al saber que Guadagnino dirigiría una obra tan oscura, en comparación a aquella obra de arte sensible y emotiva como lo fue Call Me By Your Name. Y es que nadie hasta ahora a hecho mención de ello, pero es algo así (y midiendo las proporciones) como la antítesis de Kubrick dirigiendo El Resplandor, para luego pasar a algo totalmente distinto como lo hizo en Full Metal Jacket, pero con una naturalidad de la que no muchos se pueden jactar de hacer (y ojalá tampoco no morir en el intento). Lo paradójico aquí, es que si bien la obra de Guadagnino es indudablemente majestuosa, al propio Argento pareció no hacerle mucha gracia la nueva propuesta. Y su objeción es absolutamente comprensible, ya que Argento la consideró simplemente una traición a su obra, ya que carecía de la esencia que ha movido por años sus películas: el terror. “Es hermosa artísticamente, pero no es una película de terror” dijo hace muy poco el realizador con aires barrocos. Y la verdad es que, coincidimos con algunos de los comentarios de Argento, considerando que la obra de Guadagnino más bien es una desvergonzada y pretenciosa historia que nos dejó varias preguntas en el aire, quizás con la promesa de que una segunda parte sea necesaria para responderlas.
Corre el año 1977, cuyo ambiente social y político en Alemania parece ser un parto difícil de asistir. En medio del caos, llega hasta la Academia Tanz, la aspirante a bailarina profesional Susie Bannion. Aquí deberá presentarse para una exigente audición, quien tras ser admitida, será parte de la compañía de danza que prepara una muy sinuosa presentación. Poco a poco Susie es considerada como un potencial elemento, en momentos en que una de las integrantes de la Academia desapareciera en extrañas circunstancias. Progresivamente Susie se irá convirtiendo en la nueva protegida de la actual directora artística de la Academia, Madame Blanc (impecablemente interpretada por la siempre camaleónica Tilda Swinton). Pero las cosas mutarán de manera dramática, cuando entra a escena Josef Klemperer el terapeuta de la supuestamente desaparecida anterior bailarina. El se contactará con otra miembro de la compañía llamada Sara Simms (quien se hará amiga de Susie), y le revelará que tiene objetivas sospechas que todas sus matronas, son almas ancestrales que preparan un siniestro ritual.
Una de las primeras cosas que llaman la atención de Suspiria, es el arte conceptual implícito (muchas de ellas bastante rebuscadas) que el director intenta presentar casi bordeando lo abstracto. Algunos detalles son bastante sutiles, pero bastante elocuentes al mismo tiempo. Como por ejemplo los nombres de Susie y Sara (la SS nazi que hace alusión al trauma vivido por el terapeuta Klemperer, quien logró escapar del holocausto dejando atrás a su esposa prisionera). Lo notable es que las dos SS interactúan en momentos bastante significativos con Klemperer y casi en mayor medida en circunstancias igualmente traumáticas. Si nos ponemos a analizar lo que ocurre fuera de la academia, así como las experiencias vividas por algunos de sus personajes, podríamos llegar a la conclusión que Guadagnino, utilizó el guion escrito por Argento y Daria Nicolodi como excusa para realzar el feminismo en su imparable lucha por hacer valer sus derechos. Principalmente opacadas por las decisiones de los hombres, que en la película están presentados como meros muñecos absolutamente vulnerables y manipulables ante el poder femenino. Y es que la única presencia masculina en la historia es un hombre marchito y casi agonizante, no hay hombres jóvenes y/o vigorosos que ejerzan poder sobre el resto. Más bien son las mismas matronas quienes ejercen un poder inexplicablemente manipulador sobre las más jóvenes. Cosa que ocurre también en la obra Argenteana, pero mucho más camuflada.
Todo dentro de su historia, y estética es sombrío, depresivo, que no refleja otra cosa más que una inminente decadencia, con personajes poco cercanos, casi carentes de afecto entre sí (una propuesta bastante interesante, que prescinde sistemáticamente de los colores sobrexpuestos de la obra original). Y es que la obra de Guadagnino tiene tantos matices y subtextos que podríamos estar horas describiéndolas. Pero lo esencial, es que estamos frente a un proyecto arriesgado que pudo ser el motivo por el cual las criticas, desde el estreno han estado tan divididas. No obstante, puede gustar o no. Pero nadie negará que Guadagnino rescató lo mejor del género del horror (y también lo peor, hay que decirlo), para disfrazarlo de drama político y social. El problema evidentemente radica en su insistencia por lo abstracto, y está claro que esto como recurso narrativo tiene limitantes, pero que aún así trata de resolverlas de la mejor forma posible. Un ejemplo claro de ello (alerta de Spoiler), es cuando Susie se encuentra junto con toda la compañía celebrando en un restorán la que podría ser algo así como la última cena de las brujas. Nadie parece notar que algo muy íntimo ocurre con ella y Madame Blanc quienes en sepulcral silencio se miran fijamente. Susie repentinamente se levanta imperceptible para el resto, pero no para Madame Blanc, quien la sigue con la mirada hasta que Susie literalmente desaparece (y la aparición abrupta de una oscura musicalización, así lo atestigua). Sin duda, que esta es una de las escenas más sublimes y poderosas de la película. Que no reflejan otra cosa, que el talento implícito de Guadagnino para yuxtaponer un sueño dentro de la realidad de la historia.
Sin duda que Guadagnino, cuidó cada detalle para que cosas como éstas tuvieran una evolución bastante subliminal, tanto en su narrativa como en su propuesta bastante personal sobre el terror. Pues la película carece de sustos, más bien el horror está intrínsecamente infectado en cada uno de sus personajes. Cada uno de ellos arrastra un horror en sí mismo. Sin ir más lejos las escenas de danza, cada movimiento, cada suspiro es un horror que parece ocultarse entre la belleza y lo siniestro, siempre impredecible, siempre amenazante (emulando a lo que Argento hizo con el uso de los colores y la musicalización, quienes eran un antagonista más en la historia). Pero también Guadagnino recurre al gore más encarnizado para hacernos llegar al clímax de un castigo bien merecido. Sin dejar de mencionar la horripilante y dolorosa tortura que recibe el personaje de Olga producto de un cruel conjuro. Sin duda, un claro ejemplo que Guadagnino puede  impactarnos, derramando sangre a diestra y siniestra, con impecable maestría. Lejos una de las mejores escenas de la película (visualmente como una insoportable tortura que resulta angustiante de ver).
Puede que estemos frente a un tipo de cine de horror/arte, que a medida pase el tiempo llegue a convertirse en obra de culto (así ocurrió con Blade Runner, que pasó casi imperceptible por las salas de cine, pero hoy es una de las películas más importantes de la ciencia – ficción). Aunque tampoco negaremos que siempre será un subproducto a la insuperable película de Argento. De esto no cabe duda alguna. No obstante, el talento de Guadagnino para crear ambientes que juegan con la percepción, van de la mano también de muy interesantes actuaciones (claro ejemplo de ello es Tilda Swinton interpretando cuatro personajes dentro de la historia, quien ella misma calificó como un mero entretenimiento). Así como la música a cargo de Thom Yorke (vocalista de Radiohead), quien más bien sugiere los distintos estados emocionales que presentan algunos de sus personajes principales. Pero de manera implícita, casi como si no existiera.
En definitiva, la cinta de Guadagnino pide prestada ciertas cosas a la película original, y la trata de convertir en algo aparentemente nuevo. De hecho fue el propio guionista, quien contó que no tenía ningún interés en la película de Argento, y sólo rescató algunas de las situaciones que más aportaban a su nueva historia. Eso explica el desinterés por recurrir a los códigos propios del género. Y es que lo peor de todo, son todos esos espacios muertos que parecen meros caprichos de un director que pareciera que ha hecho la película para si mismo, y no para el público. Sobretodo reflejado en un par de escenas que no dejan de desconcertar. Sólo pongan atención a los errores de continuidad o a aquellos cortes de edición que parecen bastante forzosos (cada vez nos convencemos, que están absolutamente hechos con alguna maligna intención). Así también como aquella escena post-créditos (que no revelaremos) que tiene más bien una interpretación bastante amplia, y  que los retamos a que logren revelar de que se trata. Ojo con el personaje de Jessica Harper (quien interpreta a Susie en la película de Argento), cuya vida y muerte nos revela algo más que un simple recuerdo del marchito Klemperer. Tenemos dos hipótesis bastante interesantes, pero eso es material para otro análisis. Sin duda que es uno de los remakes más magníficos que hemos podido ver este año. Que no sólo catapulta a Guadagnino como uno de los mejores directores actuales, sino que amenaza con invocar nuevamente a las tres malditas madres del averno.
Veredicto: el horror también puede ser una obra de arte.
En una escala de 1 a 10: 9,7.

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