Director: John Krasinski.
Guión: Bryan Woods, Scott Beck, John Krasinski.
Música: Marco Beltrami.
Protagonistas: Emily Blunt - John Krasinski - Millicent Simmonds - Noah Jupe.
Ver una película de la que se sabe poco o nada, a veces tiene sus ventajas. Y es por ello, que sin necesidad de recurrir a tanto preámbulo, sorpresiva y electrizante es como podríamos calificar una película como “Un Lugar En Silencio”. Insospechadamente desde su inicio promete más de lo que debería, y lo mejor de todo (y por fortuna) cumple a cabalidad con cualquier expectativa. Porque desde hace algún tiempo hemos preferido suprimir ver trailers de cualquier película para evitarnos cualquier tipo de desilusión posterior. Y la verdad, es que no podemos dejar pasar esta oportunidad para referirnos a la poca creatividad con la que algunos estudios presentan o publicitan alguna película en cada uno de sus
respectivos tráilers. Muchos de ellos (por no decir casi todos) muestran más de lo que deberían, o lo que es peor, varios rayan en la provocación masiva de spoilers. Porque teniendo un inicio, un clímax, y un final, es inevitable no hacernos la siguiente pregunta: ¿para que ir al cine a ver una película que dura una hora y media, cuyo tráiler me ha resumido en (excesivos) tres minutos lo más importante de su historia? Aquí la motivación queda reducida bajo mínimos. No obstante, nuestra sorpresa fue mayúscula, ya que sin saber absolutamente nada de “Un Lugar En Silencio” no dejábamos de preguntarnos quien era el director de esta maravilla de ciencia ficción. Y es que sólo recordábamos a John Krasinski como uno más del reparto de la premiada serie “The Office”. En el circuito cinematográfico, tampoco encontramos nada trascendental que nos hiciera mucho ruido a lo que capacidad interpretativa se refiere. Pero a pesar de no tener una carrera precisamente reconocida, Krasinski nos dejó claro con este, su primer largometraje, que lo suyo se da mucho mejor (quizás) detrás de cámara. Pero como si esto no fuera suficiente, también es uno de los guionistas, y además uno de los protagonistas. Y es en este punto donde nos detendremos un momento, porque Krasinski comparte pantalla con Emily Blunt (su esposa en la vida real), y el complemento no puede estar más lleno de emotividad. Porque se nota que el fuerte lazo afectivo traspasa la pantalla, y esto en vez de afectar, le da mayor poder a la historia. En ella podemos ver a una familia que va de lugar en lugar, en busca de cualquier alimento u objeto que le sea de utilidad. Pero algo aquí esta muy mal, porque tienen absolutamente prohibido producir cualquier tipo de ruido excesivo, que los delate ante una implacable y horrorosa presencia que los amenaza constantemente. Las reglas están claras, pero no siempre es posible cumplirlas.
Hay que reconocer que en lo que llevamos de año, películas trascendentales (aquellas que van más allá del simple éxito de taquilla) han estado bastante escasas (por no decir pobres en cuanto a contenido). Las carteleras están invadidas por estrenos dirigidos más bien a un público adolescente, que poco y nada aportan a nuestra ávida sed de encontrarnos con alguna película que nos pueda al menos mover el piso. Y es por ello que “Un Lugar En Silencio” hizo el esfuerzo de presentarnos algo relativamente nuevo, y nos ha volado literalmente la cabeza. Principalmente porque ha corrido con ciertos riegos bastante evidentes, y el principal de todos es la casi absoluta ausencia de diálogos (un recurso que para bien o para mal, poco o nada se usa ya en estos tiempos). Y que en parte, es algo bastante difícil de hacer, porque la experiencia se asemeja a la acción de leer un libro. A medida que la lectura avanza las imágenes se van formando poco a poco en la mente (en esencia todo depende de la imaginación y lo que comprendemos a medida que leemos). Pero cuando las imágenes
están previamente diseñadas, y le quitamos el recurso de diálogo: ¿Cómo podremos llegar a entender lo que está frente a nuestros ojos? Es difícil que se pueda mantener el interés, a no ser que la propuesta este bien planteada. Y eso es justamente lo que ocurre con esta película en particular. Principalmente la capacidad interpretativa es de vital importancia para que esto logre el efecto deseado, y tanto Krasinski como Blunt logran momentos verdaderamente notables que vale la pena destacar. Sobretodo porque el principal peso dramático cae inevitablemente en sus hombros, considerando que la historia cuenta con momentos verdaderamente extremos en lo que a tensión se refiere (hasta ahora esta es lejos la película con el mejor uso de la tensión que hemos podido ver y disfrutar este mes). No obstante, otro papel fundamental que hace que todo esto funcione a la perfección es la sugerente musicalización de Marco Beltrami para que el horror al que somos expuestos inmisericordes termine por jugar con cada una de nuestras emociones. Y en cuanto a emociones no sólo nos referimos al muy bien logrado suspenso, sino también a ciertas
escenas directamente dramáticas que hacen de “Un Lugar En Silencio” una película muy interesante de ver. La propuesta de Krasinski es bastante visceral y efectista (en el buen sentido de la palabra). Y deja la vara bastante alta, sobretodo (y considerando) que tiene absoluto control y manejo de la parte narrativa, haciendo (también) que pueda darse el lujo de pasar de un género a otro con total soltura (y hasta descaro). Porque en muchos aspectos (y a modo de ejemplo) rompe con varios paradigmas cinematográficos, que nos lleva a pensar que estamos frente a un muy urdido producto que aseguró su éxito en taquilla (y quizás este es un mal juicio). Pero que independiente de eso, aún se pueden presentar buenas propuestas que nos genere algo, alguna sensación en particular, sin necesidad de refritos o típicos clichés de turno. Aquí hay más que eso, y todo en su conjunto funciona como no habíamos esperado. Vale decir, todo fue una sorpresa (bien recibida) tras otra.
En resumen: “Un Lugar En Silencio” cuenta con un excelente trabajo de dirección, que asegura un suspenso constante y sonante. Y que al menos es honesta en su propuesta, porque no recurre al susto fácil y barato para lograr que te sientas, al menos intimidado. Muy recomendable, si te gustan las experiencias fuertes. Porque Krasinski (aunque sutil) da un paso más allá en varios aspectos, y quieras o no, te logra aturdir una y otra vez.
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