A Veces La Vida No Tiene Ni Puta Gracia

Título: "Joker" (2019). Director: Todd Phillips. Guión: Todd Phillips, Scott Silver (basada en Joker escrita por Bill Finger, Bob Kane, Jerry Robinson ). Música: Hildur Guðnadóttir. Protagonistas: Joaquin Phoenix - Robert De Niro - Zazie Beetz - Frances Conroy. 

Joaquin Phoenix…. no había más motivo para ver la película de la que todo el mundo está hablando. Evidentemente, dejaremos claro que obviaremos absolutamente el universo del cual salió Joker, pues no nos interesa para nada. No obstante, notamos sin más preámbulo una especie de trampita en Joker pues creemos que es un tipo de cine que ha evolucionado para descubrir el lado más “humano” de personajes absurdamente inverosímiles (y por que no decirlo) también agotadores, para poder llegar a un tipo de publico más exigente y distinto. Lo importante es que desde su fantasiosa inconsistencia nació una de las historias más potentes e interesantes de ver, por lo que definitivamente Todd Phillips logró con creces su objetivo. 

Pero somos conscientes de que no pudo ser posible sin la impactante actuación de uno de los mejores actores de su generación. Phoenix logra hacernos pasar por distintos tipos de emociones, muchas de ellas (y casi en su totalidad) bastante atípicas y lúgubres. Generando en el espectador cierta incomodidad, cierto peligro nihilista del que somos testigos silenciosos. Pero Arthur Fleck (el personaje interpretado por Phoenix), tiene un magnetismo tan extraño como divertido. Y todo reconocimiento radica en la capacidad de Phoenix para darle una profundidad emocional definitivamente sublime. Resulta interesante analizarla desde el punto de vista social, ya que es posible crear una opinión referente a Fleck que esté más cercana a la víctima que al victimario. A veces la línea que separa la reacción/consecuencia no está tan definida si ponemos atención en lo que no logramos ver a simple vista. 

Fleck es un hombre común y corriente que trabaja para una compañía que entrega un servicio de payasos para animar todo tipo de eventos. Cuida a su madre en un conjunto de departamentos de mala muerte, y en medio de su miserable vida, fantasea con momentos tan narcisistas como bizarramente violentos. Su terapeuta tampoco es de gran ayuda, y al parecer su medicación no está dando los resultados esperados. Al parecer, las condiciones son perfectas para hacer desfallecer a cualquiera, pero…

Bastante boquiabiertos nos ha dejado la destreza de Phillips para jugar con la psicología, tanto de sus personajes dentro de la pantalla como la de sus espectadores. Cada movimiento de cámara, cada momento en que la dramática musicalización se hacen presentes, nos da a entender que estamos ante una historia depresiva vista desde cualquier angulo. Desde el mundo en el que se desenvuelve Arthur es deprimente y muchas veces caótico. Donde cada color, cada textura pareciera converger en emocionalidad pura, desgarradora…. Lo más cercano al ver una herida abierta que nunca sanará. 

Irónico y hasta burlesco es que la madre de Arthur se refiera a él como Happy (Feliz), y es que su pobre e incomprendido hijo sueña con momentos felices, momentos que nunca vivió y que solo puede recrear en su mente. ¿Existe algo más patéticamente dramático que esto? Dentro de conjeturas incompletas nuestro pobre prototipo de villano vive obligadamente lo que le tocó, y Phillips nos entrega un enfoque gigantesco de miseria emocional difícil de darle la espalda. Pues aquí, no sabemos si somos testigos de una evolución o involución de un personaje que busca su lugar en el mundo, o simplemente la degradación de una mente que se abre sicóticamente ante lo inevitable. 

Puede que la sociedad sea la responsable al deshumanizar a personajes como Fleck, la falta de amor, de comprensión y de oportunidades hacen que el mundo en que vivimos sea el infierno que antes tan solo podíamos imaginar, o peor aún que nuestros padres nos contaban generación tras generación, creándonos un miedo irracional difícil de erradicar de nuestras mentes inexpertas. 

Las carencias emocionales pueden destruir, y Phillips lo sabe perfectamente. Insiste en deprimirnos, pero también en lograr el nivel perfecto para divertirnos (importante que dentro de los acontecimientos dramáticos, nunca pierde el sentido (retorcido) del humor). Nos avergüenza reconocer que ante muchas desilusiones a los que estamos expuestos a lo largo de nuestras vidas, encontremos alivio en matar todo aquello que nos hizo daño. Un hombre como Arthur Fleck es un arma en potencia, pues ya no tiene nada que perder más que su vida en un puto programa de televisión.

Una de las mejores películas del 2019, impecable trabajo tras las cámaras de Todd Phillips, quien por fin ha demostrado su valía por sobre la trilogía Hangover, ya que Joker está definitivamente a otro nivel. Phoenix en una de sus actuaciones más potentes hasta ahora (y posiblemente la mejor interpretación de Joker desde Jack Nicholson… ¿o puede que sea desde Heath Ledger? (lo sentimos, aún no estamos criteriosamente preparados para verla) pero no dudamos que ofreció un espectáculo digno e irrepetible). En fin, envolvente banda sonora  a cargo de la islandesa Hildur Guðnadóttir quien ganó un Globo De Oro por esta película. 

En una escala de 1 a 10: 8,8 (hubiese sido perfecta sin aquel imperdonable y notorio error de continuidad.... pues sí, somos parte de aquel público exigente).

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