martes, 11 de febrero de 2020

“Es fácil filosofar cuando es otro el que está hecho mierda”


Aclaración al lector:
Preferimos esperar un par de días antes de publicar este nuevo comentario. Creímos necesario saber como le iría a nuestra preferida Joker en los premios Oscar. Pero en vista de la derrota, y la inédita situación de Parasites tras ganar Oscar a Mejor película extranjera y Mejor Película, entre otras categorías. La hemos liberado sin incluir comentarios sobre los Premios de la Academia, porque fue escrita mucho antes del día del evento. aún así, este ha sido un episodio significativo en este certamen, pues nos sumamos en su totalidad al no incluir a mujeres en la categoría como Mejor Directora. Por lo que el evento, ha dejado en evidencia el machismo aún imperante en este tipo de celebraciones. Sin dejar de mencionar también, la poca (y la nula) integración de películas y reconocimiento de realizadores independientes y temáticas LGTB.  Nos sumamos al potente discurso de Joquin Phoenix, quien no sólo nos entregó una de las mejores actuaciones del año pasado. Si no que también, nos ha dado en que pensar con respecto a situaciones sociales precarias sobre veganos, derechos animales, etc. El lobby Koreano - Norteamericano ha dado sus frutos, y dejado al debe al esfuerzo de quienes aún luchan por presentar e impulsar sus proyectos audiovisuales. Sin más, los dejamos con nuestro comentario en cuestión, que lo disfruten....

Título: "Gisaengchung" (Parásitos) (2019). País: Corea Del Sur. Director:  Bong Joon-ho. Guión:  Bong Joon-ho.  Música: Jeong Jae-il. Protagonistas: Song Kang-ho - Lee Sun-kyun - Cho Yeo-jeong - Choi Woo-shik - Park So-dam.
“Es fácil filosofar cuando es otro el que está hecho mierda” dijo un personaje alguna vez (¡¿?!), y es que parte de este diálogo no puede ser más oportuno para que comencemos a analizar la que puede ser la película más sobrevalorada del 2020. Lo sabemos, ya ha sido reiterativo leer esta palabra para el querido lector pero los tiempos que vivimos y el cine parecen mutar a veces en conjunto como una forma de expresión válida, para al menos imaginar en lo que nosotros y nuestra sociedad se está convirtiendo. Pero a veces solemos exagerar en cuanto a objetividad. Ejemplos existen muchos, pero Parásitos es una especie de hedor tóxico que ha llegado para estremecer nuestras neuronas como pocas. Y bien que ha logrado su objetivo, pues pareciera ser que somos testigos de un extraño experimento social del cual aún no podemos definir quien es el conejillo de indias.
Una familia que está destinada y bastante acostumbrada a vivir en la miseria, vive las desgracias de la recesión social. La falta de trabajo y oportunidades para el sector más pobre de la población, hacen que vivan en precarias condiciones. Hasta que un amigo del hijo de la familia (universitario y de buena crianza), le ofrece un trabajo que al principio no lo convence mucho, pero que los acontecimientos, el factor sorpresa, y mucho ingenio, les jugarán un buena pasada…. Al menos de momento. Ya que tendrán tiempo suficiente para darse cuenta, que la “recesión social” a la que estaban tan acostumbrados a vivir y a aceptar, al parecer sólo les afecta a unos cuantos.
Boon Joon-Ho ha sido responsable de dirigir películas tan distintas como: The Host (2006), El Expreso Del Miedo (2013) y Okja (2017), entre otras. Por lo que Parásitos, está años luz de ser parte de una filmografía convencional. No a muchos directores se les da bien pasar de un género a otro con total naturalidad. Joon-Ho juega con diferentes estilos para mantenernos interesados en una historia bastante intrigante. Pero también rompe con varios clichés narrativos, haciendo que no de tregua a un mundo de posibilidades. El resultado es bastante dramático, pero Joon-Ho tiene un impresionante sentido del humor (a ratos) tan indistinguible como el café más oscuro. ¿De que otra forma se puede contar una historia que esta a la vuelta de la esquina de nuestra realidad, si no es mofándose de ella? Aunque midiendo las proporciones, Joon-Ho sabe perfectamente como transformar lo real en irreal, entregándonos momentos que rayan en lo bizarramente anormal (así como ocurrió con Okja) (¿y que es normal después de todo?).
La narrativa de Joon-Ho es bastante atípica y controversial, si analizamos los distintos puntos de vista de personajes tan distintos y tan iguales entre sí. Ya que si bien sus motivaciones difieren escandalosamente, todos (y casi al mismo tiempo) tienen su lado oculto, morboso y violento. Que Joon-Ho sabe manejar a su absoluto antojo, independiente si muchas de estas caen en la exageración más irrisoria. Puede que eso precisamente es lo que Joon-Ho nos trate de decir: que aparte de exagerada, la vida puede llegar a ser horriblemente irónica.
La verdad es que, no es fácil entrar en la mente de un director que tiene ansias de movernos el piso con sus asombrosas historias. Menos es tratar de comprenderlo del todo, cuando todo lo que necesita saber el querido lector está frente a la pantalla. Hay cosas que duelen verlas, sobretodo si son temáticas y tópicos que parecen desgarrarnos como la vida misma. Y es que a veces nacemos, estamos destinados a algo en la vida…. El problema se suscita cuando ese “algo” no es lo que esperábamos para nuestras vidas. Miramos lo que tiene el resto, y optamos a ello, e incluso a más. ¿Es esta aquella vendetta de desigualdad social que esperábamos con ansias? No lo sabemos. Las diferencias suelen ser escandalosamente irrisorias, pero peor aún es ver que existe un poder “invisible” que mueve los hilos, para entregar lo supuestamente justo para cada quien. Y es que si ellos te destinaron comer mierda, mierda es lo que comerás. Joon-Ho nos hace retorcer con esta premisa logrando niveles espeluznantes.
Pero también hay tiempo para la reflexión y la aceptación (por muy dramática y triste que esta pueda llegar a ser)….. y es que al parecer todos los desprotegidos, aquellos que luchan día a día sin descanso para tener lo que tienen, son parásitos de la opulencia a la que aspira. Somos un parásito a la fuerza, porque la sociedad así lo decidió…. Y no nos importa, pues algún día se nos devolverá todo cuanto se nos ha robado, y que por derecho propio nos pertenece. Joon-Ho nos plantea la incógnita de que, a veces también olvidamos agradecer en vez de tratar de seguir llenándonos los bolsillos. Pues olvidamos mirarnos a nosotros mismos con calma, con ternura con infinito amor, mientras perdemos el tiempo al estar pendientes de lo que tiene o no el resto. Existen principios humanos básicos que a veces nos definen, otras veces nos hacen pensar que: “Es fácil filosofar cuando es otro el que está hecho mierda”
En una escala de 1 a 10: 8,8 (Esta es una de las películas más importantes del año, definitivamente).


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