sábado, 9 de junio de 2018

Todo aquí, debería salir bien...

Titulo: "La Fiesta De La Vida" ("Le Sens de la fête") (2017).
País: Francia.
Directores: Éric Toledano y Olivier Nakache.
Guión: Éric Toledano y Olivier Nakache.
Música: Avishai Cohen.
Protagonistas: Jean-Pierre Bacri - Gilles Lellouche - Jean-Paul Rouve - Hélène Vincent - Suzanne Clément - Benjamin Lavernhe - Judith Chemla - William Lebghil.
Cuando vemos alguna película que nos guste sobremanera (en este caso, de un par de directores franceses), usualmente esperamos que su siguiente proyecto sea el doble (que decimos doble, el triple) de buena que la anterior. Muchas veces, dejamos que las expectativas hagan los suyo, para bien o para mal. Es así que aún estamos descubriendo “La fiesta de la vida”, dirigida por Éric Toledano y Olivier Nakache (los mismos realizadores de aquella maravilla llamada “Les Intouchables”). Y encontramos un par de puntos (algunos más interesantes que otros) que no podemos dejar de pasar, pues nos han llamado enormemente la atención.
Todo comienza en un castillo del siglo XVII, donde una pareja celebrará su matrimonio. Pierre (el futuro esposo (egocéntrico hasta decir basta)) ha contratado los servicios de Max Angély, un experto productor de eventos quien acarrea consigo a su fiel equipo (bastante diverso, hay que mencionarlo), quienes lo han acompañado ya en innumerables acontecimientos especiales. Y es justamente en este punto, (en su equipo) donde los problemas se comienzan a suceder sin tregua. Este se compone de su asistente (quien en realidad es su amante), hindúes ilegales (quienes lejos, fueron los que más nos hicieron reír), un gramático (a quien le es imposible no corregir a cuanta persona se le cruza por delante), otra asistente casi al borde de la histeria, un fotógrafo (periodista frustrado quien aún no encuentra su camino en la vida), un sustituto de Dj, etc. juntos harán lo posible (y lo imposible), para hacerle la vida de los mil cuadritos al siempre paciente y tolerante Max.
Podríamos decir que esta vez, Toledano y Nakache han preferido enfocarse en los diálogos (bastante elocuentes), más que en las situaciones graciosas para darle un enfoque a la historia. Y si bien, con esto no queremos decir que no existan escenas que pueden sacar un buen par de carcajadas. Debemos reconocer, que esta ha sido la película más débil que hemos visto de los realizadores. Por momentos, se vuelve un poco tediosa mientras esperamos descubrir cual es el real significado que se esconde tras la historia. Y no hay otro que la simple aceptación que las cosas simplemente son. Porque todo el mundo espera esto y lo otro de sus respectivas vidas (igualmente de las personas), pero hay factores que influyen de una u otra forma para que terminemos por aceptar lo que simplemente nos toca vivir. Sin dejar de lado el factor más importante: que coexistimos con todo tipo de personas, que a la larga están para que logremos entender otras formas de pensar, y en definitiva ver otras realidades. Es justo en este punto en particular, donde nos llama la atención una particularidad recurrente en las películas de estos directores, que no es otra que el tema de la inmigración. Porque nos ha llamado enormemente la atención, una escena en particular donde Max le presenta a parte de su equipo a un personaje secundario. Max es acompañado por su cuñado y por dos hindúes, y cuando se los presentan, el personaje secundario (que no tiene mayor participación en la historia), sólo saluda de mano a su cuñado (que es francés), les dirige una mirada a los hindúes y eso sería todo. Hasta ahora, no hemos encontrado más información al respecto (intuimos, que nadie más lo ha detectado). Pero no deja de ser relevante, si consideramos los numerosos atentados que ha sufrido Francia estos últimos tres años. Y quizás, es una forma de protesta (casi imperceptible) de sus realizadores ante estos dramáticos acontecimientos.
Pero bien, como aquí nos interesa el tema cinéfilo, debemos decir que a pesar de cualquier tipo de apreciación extra. “La fiesta de la vida” tiene momentos que sólo el cine francés es capaz de entregar, y que vale la pena ver. Sobretodo porque, se nota que los realizadores han acertado con entregar un largometraje hecho para ser apreciado en términos directamente abstractos, pero cuando logras captar su esencia, comienzas a disfrutarla realmente. Dejamos claro, que si bien no es una de sus mejores películas, logra redimir a todos sus personajes con enseñanzas que están a la vuelta de la esquina. A pesar que a muchos de ellos, caen directamente en la caricaturización, no logra ser un circo de gags baratos.
En resumen: una historia en apariencia sencilla, pero que tiene un muy interesante trasfondo, al igual que es dueña de un humor elegante y muy inteligente (ojo con el diálogo de su intro, que es lejos una de las mejores en cuanto a humor irónico que hemos visto hasta ahora).


(Para más, visita Desde La Realidad Aquí)
(Esencialmente Cine Aquí)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejar tú comentario