Título: "Antrum" (2018).
País: Canadá. Director: David Amito, Michael Laicini.
Guión: David Amito, Michael Laicini.
Música: Alicia Fricker.
Protagonistas: Nicole Tompkins - Rowan Smyth - Dan Istrate - Circus-Szalewski - Shu Sakimoto.
Hay que reconocer que, el titulo de la película que nos convoca es pretenciosa y bastante efectista. Por un momento, nos acordamos de aquella bazofia llamada Blair Witch Project (pues si, señor lector… la odiamos!). Porque en su momento, también fue falsamente publicitada como “la más aterradora”, y blah, blah, blah. Al final, su desastroso resultado es más que conocido, y ya no vale la pena mencionarla. Similar sensación inicial, se nos presentó con Antrum. Y a pesar de todo, nos animamos a verla para ver si minimamente cumplía, considerando todo el merchandising promocional que acarreaba.
Concebida en formato Mockumentary (un subgénero, muchas veces incomprendido). Antrum, tiene fama de película maldita. Es así, que nos cuentan una leyenda de lo más creativa y particular. Personas ligadas al mundo del cine, relatan como un celuloide de 35mm es capaz de dañar física y sicológicamente a quien cometa la osadía de verla (si nadie la puede ver, ¿entonces para que la hicieron? (¡!)). Con una previa advertencia, tenemos cerca de treinta segundos para desistir o arriesgarnos, bajo nuestro propio riesgo. En ella, podemos ver como dos hermanos se despiden de su perrita para siempre. Pero el más pequeño, tiene la duda si el desafortunado animal, irá al cielo o al infierno. Es así que, en compañía de su hermana mayor, realizan un ritual que los hará descender al infierno (en plan Infierno de Dante), para rescatar su desgraciada alma. Pero don Sata y sus pérfidos secuaces, los estarán acechando en cada una de las etapas.
Esta es la típica película trampa, pues se hace de una melodramática leyenda para generarnos algún tipo de reacción mientras la vemos (en este caso, casi absolutamente sicológico, y ese es un punto a favor). Pero la introducción es absolutamente prescindible, a la hora de analizar la historia que da titulo a la película. Pues nos ha dejado con una sensación de “mucho ruido y pocas nueces”. Y suele ocurrir con este tipo de producciones, hechas con el vuelto del pan (y que no se nos mal interprete, no hay nada de malo en eso). Pero de tanto que promete, es bastante poco lo que es capaz de ofrecer. No obstante, y en vista de su obvia falta de recursos, la creatividad empleada, hace que muchas de sus imágenes se nos queden grabadas en la mente como pocas. Hay influencias directas al cine sacrílego de los años veinte (entre ellas, la extraordinaria Haxan (publicada en nuestro canal de Youtube)), entre otras. Esto comienza a darle una atmósfera extraña a la trama (aunque imposible tomársela tan en serio, luego de ver como muchos los “entrevistados” hablan de los supuestos horrores de una fidedigna maldición, con una sonrisa de oreja a oreja (la película esta llena de estos “errores”, aunque otras pasan casi desapercibidas)).
En definitiva, de que tiene creatividad, la tiene. Pero sin toda la parafernalia barata (las entrevistas y todo eso, que creemos que está de más), la película en si misma sería un ejercicio visual de lo más interesante de ver. De hecho lo es, a pesar que su historia tiene más vacíos que la vía láctea, todo aquí funciona en su medida justa. Nos entretuvo un buen rato, tiene un par de escenas épicas que ya se las quisiera Carpenter… pero como suele pasar con tanta promesa y expectativas creadas, quedamos con gusto a poco.
Aún así, en la noche de Halloween (escrito antes del 31 de Octubre), en buena compañía y con sus palomitas de maíz… todo puede pasar.
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