Título: "Llámame Por Tú Nombre" ("Call Me By Your Name") (2017).
Países: Italia, Francia, Brasil, Estados Unidos.
Director: Luca Guadagnino.
Guión: Luca Guadagnino, James Ivory, Walter Fasano (Basada en la novela homónima escrita por André Aciman).
Música: Sufjan Stevens.
Protagonistas: Timothée Chalamet - Armie Hammer - Michael Stuhlbarg -Amira Casar - Esther Garrel - Victoire Du Bois - Vanda Capriolo.
Elio es un chico especial, sensible e introvertido que vive con sus padres en un sector rural de Italia. Su vida gira en torno a la música, donde deleita a sus cercanos y visitas con su magnífica forma de tocar el piano. Escribe sobre casi todo lo que le rodea, pasa largos momentos leyendo todo tipo de libros, y ha iniciado una relación con Marzia. Pero un día la llegada de Oliver (el nuevo ayudante académico de su padre), cambiará
para siempre su manera de ver la vida. Al principio sus personalidades, gustos y vivencias denotan que no tienen absolutamente nada en común, sin mencionar que Oliver es varios años mayor que él. Pero casi de forma natural, Elio comienza a sentir al principio una extraña atracción, que lo lleva a escribir sobre sus emociones más ocultas. Pero los sentimientos no tardarán en aflorar, y es así que lo inesperado hará que esta vivencia marque definitivamente su vida para siempre.
Ganadora de varios premios internacionales (en los que se incluye tres nominaciones a los Globos de Oro como mejor película, mejor actor dramático, y mejor actor de reparto). “Call me by your name” es una película, sensible y poética basada en la novela homónima escrita por André Aciman, que fue considerada incluso como una de las mejores estrenadas en 2017. Y con justa razón.
Dirigida por Luca Guadagnino (quien se apronta a estrenar muy pronto el remake de “Suspiria” una de las más enigmáticas obras cinematográficas dirigida por el padre del giallo italiano Darío Argento). Guadagnino nos conecta con nuestras emociones más inmediatas, y con ello nos invita paradojalmente a reflexionar (sobretodo con el significativo y necesario diálogo que el Sr. Perlman tiene con su hijo, uno de los más potentes, imperdibles y sensibles de la película). El núcleo de “Call me by your name” no habla de otra cosa que de la vida y las personas que la componen, que entran y salen de ella aleatoriamente, sin importar si existe o no un propósito. Y la esencia de todo es eso, porque hay personas que entran en determinados
momentos a nuestras vidas, con un fin (siempre es con un fin). Independiente si somos capaces de notarlo o no inmediatamente. Y eso sólo da pie para pensar que somos parte de un mundo, un mundo cíclico que no se detiene, que está en constante cambio, y muchas veces no estamos preparados para recibir, y menos para dar. Lo que nos lleva a experimentar distintas etapas dentro de la sensibilidad de los personajes, y con esto llegamos a la única conclusión posible: Independiente de todo, las relaciones humanas son complejas (muy complejas). Pero Guadagnino supo como entregarle sentido a algo que a simple vista puede que no lo tenga (y que vale la pena que lo descubran por sí mismos). Las personas nos pueden sorprender cuando menos lo esperamos. Y todo comienza a fluir mejor cuando de la vida nada se espera.
Somos parte de una naturaleza, pero olvidamos como fluir con ella (o lo que es peor olvidamos justamente eso: que somos parte de ella). Y es aquí donde Guadagnino hace presente su magnifica forma de dirigir, y nos entrega imágenes llenas de nostalgia y sensibilidad pocas veces vistas (al menos este último tiempo) y que se complementan con una hermosa puesta en escena y la sincronización de la oportuna banda sonora compuesta por Sufjan Stevens. Que en su conjunto, terminan por dar vida a una de las historias más significativas que hemos visto este año que ya se inició. Sumando a todo esto, potentísimas actuaciones que de seguro no dejará a nadie indiferentes (y que incluso rayan en la utopía más anhelante). “Call me by your name” es una especie de oda a los regalos que la vida suele entregar de manera muy caprichosa, y que es capaz de tocar
la puerta indemne y fortuita, como la brisa matutina más tibia de verano. No obstante, (y como conclusión) en las reflexiones de Eli, podemos encontrar algunas de sus reflexiones más profundas, que en definitiva describe lo indescriptible (todo aquello que sentimos, pero que muy rara vez podemos expresar): “Creí que no te agradaba, porque me ignorabas, pero mi falta de experiencia no supo alertarme sobre los detalles que denotaban que la sensibilidad era mutua. Miraba completamente sólo el atardecer, pero sin más preámbulo apareciste como el mejor de los amaneceres, sacándome de mi ostracismo. Haciendo que naciera en mí, las ganas incontrolables de acariciarte y estar contigo. Sin que supieras que por dentro sufría en silencio (y es que el motivo poco importa). Lo que realmente importa, es que me llenaste por completo, me hiciste sentir lo que jamás creía que podía sentir. Mirando las estrellas agradecía al cielo, por el simple hecho de estar abrazados. Y que entre mis brazos sentías el calor que buscábamos, todo fue mágico, hermoso como nunca podrás imaginar, y al menos me siento doblemente afortunado porque fui feliz, muy feliz, y ante eso, no queda más que agradecer a quien te envío fugaz a mi vida, por esto y muchas cosas más….gracias…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No olvides dejar tú comentario