Titulo: "El conjuro 2" ("The conjuring 2") (2016).
Director: James Wan.
Guión: James Wan, Chad Hayes, Carey Hayes, David Leslie Johnson.
Música: Joseph Bishara.
Protagonistas: Vera Farmiga - Patrick Wilson - Frances O'Connor - Sterling Jerins - Madison Wolfe.
Una de las secuelas más esperadas de este año,
llega simplemente para aterrarnos (y sorprendernos hay que decirlo), en una
cadena de acontecimientos a las que el propio James Wan (el director de la
película) se supera a si mismo, sobretodo en la parte técnica y visual, dónde
muchas de sus secuencias están tan bien filmadas que el espectador queda
aturdido una y otra vez, pero también se agradece que nos hayan dado un respiro
ante todas esas escenas llenas de tensión, con un buen par de momentos
divertidos (que más bien logran sacar risitas nerviosas, después de haber
escuchado los gritos de muchos (as) en la sala de cine, y a otros tantos
sobresaltarnos en nuestras butacas…….. y lo que es mejor aún, que lo
disfrutamos plenamente)
y eso es lo que provoca “El conjuro 2”, y aquí no estamos hablando del típico
susto barato y fácil, ya que todo está tan bien contextualizado y James Wan es
tan preciso dentro de su propuesta visual, que sabe como transformar cada
atmosfera para generarnos miedo, y lo que es más notable, nos aterró con sólo
exponer un simple juguete (no generaré spoiler, pero tienen que verla para
entender esta parte), y aquí es necesario hacer alusión al maestro Stephen
King, quien imaginativamente creaba horrores múltiples con cosas totalmente atípicas,
como lo hizo por ejemplo en “Christine” (1983) (un auto embrujado), “Cujo”
(1983) (un hermoso San Bernardo que se transforma en una criatura infernal). Y
es que en esencia James Wan, es un gran consumidor de películas de horror, y
por ello sabe específicamente lo que funciona o no dentro de cada una de las
escenas de “El conjuro 2”, y como resultado final sobrepasa sus expectativas
también a nivel interpretativo, dónde las actuaciones de Patrick Wilson y Vera
Farmiga (como la famosa pareja Warren), tienen una poderosa presencia frente a
la gran pantalla, y quien a mi parecer se roba la película, Madison Wolfe en
una notable interpretación de Janet Hodgson (simplemente en una de las más
irreconocibles caracterizaciones). En conclusión “El conjuro 2”, es una
película para disfrutar de principio a fin. Tiene un par de incongruencias que
hacen que se traicione a si misma, y por momentos nos haga perder el interés de
“historia basada en un hecho real”, ya que James Wan exageró algunas escenas, y
que tras ver la película completa pensamos que no era necesario. Pero aún así,
no afecta el producto, se arriesgó…….y casi al borde del “demasiado”, pero supo
como mantener la historia a flote. Ojo con la aterradora banda sonora que a
muchos nos dejo con escalofríos, y la encantadora escena donde el personaje de
Patrick Wilson canta un sentido tema de Elvis Presley. “El conjuro 2”, es una
de esas películas que se disfrutan verlas en pantalla gigante y que nos
sometemos a ella como venga, ya que los asustará como a varios que no
aguantaron en exclamar un buen par de alaridos (y con justa razón).
Algo muy
interesante y extraño ocurre en esta escena en particular (y ojo que sólo es
mención aparte, no spoiler), el personaje de la alemana Franka Potente (Corre,
Lola, corre) (1998) domina la escena, ya que interpreta a una reportera
contratada para demostrar que el caso Enfield es absolutamente falso, el debate entre los cinco es interesante, pero se vuelve casi surreal cuando unos pequeños orbs aparecen de la nada
y se cruzan entre los actores, ignoro si alguien más los vio, porque en la sala
no hubo comentario alguno sobre eso, pero si la ven, noten como algunos de
ellos se cruzan en el lado derecho de la gran pantalla, para luego desaparecer,
es sabido que James Wan mandó a bendecir el set de filmación antes de comenzar
el rodaje, pero hasta ahora nadie más ha hecho comentario alguno sobre esta
inquietante escena que en lo personal, me hizo dejar de poner atención a la
conversación para estudiar aquellas pequeñas luces que aparecían y desaparecían
a voluntad, fue totalmente inesperado y por lo menos notorio a mis ojos, una
rareza que hasta ahora no tiene explicación.
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