viernes, 26 de octubre de 2018

Mini Ciclo: El peor de los mundos, sólo lo podemos imaginar... (Parte III)


Título: "Mandy" (2017). 
Director: Panos Cosmatos. 
Guión: Panos Cosmatos, Aaron Stewart-Ahn. 
Música: Jóhann Jóhannsson. 
Protagonistas: Nicolas Cage - Andrea Riseborough - Linus Roache - Bill Duke - Richard Brake - Ned Dennehy - Olwen Fouere - Sam Louwyck - Hayley Saywell.

Corría el año 1983 (Las Sombras Del Las Montañas), fecha en que se centra la historia de dos enamorados: Red Miller y Mandy Bloom. Miller es un carpintero austero, y Bloom es una artista gráfica que también administra una tienda de abarrotes. Juntos viven imperturbables, en un idílico paraje cerca de las montañas alejados del mundanal ruido. Aparentemente no necesitan de nada más para ser felices, viven sus vidas plena y tranquilamente. Por el cual, el ambiente es propicio para que juntos compartan sus traumas y desventuras del pasado. Red al parecer ha superado un desagradable episodio de alcoholismo, y Mandy ha tenido que lidiar con traumáticas experiencias que tienen que ver con el significado de la muerte a muy temprana edad. Mandy, tiene una sensibilidad especial para definir situaciones pasadas, presentes y futuras generalmente reveladas en sueños conceptuales de muy amplia denominación. Muchos de ellos, son material fascinante para sus propuestas de dibujo que comparte con Red. Pero sus percepciones, tendrán un sentido totalmente distinto al que en algún momento creyó siquiera imaginar. 
Este es el primer capítulo de un total de cuatro, de esta película que podríamos definir en dos palabras como: alucinantemente sorpresiva. Los motivos están a la vista, haciendo que se perfile casi automáticamente como nueva película de culto, en un año cinematográfico en el que hemos tenido casi nulos títulos rescatables. Y es que en medio de la ola de películas basura, esta en particular es como una especie de luz al final del túnel. Y podríamos aventurarnos en señalar, que el principal responsable de esto es Panos Cosmatos (sin desmerecer tampoco el trabajo de Elijah Wood, quien es uno de los productores de la película). Para muchos, quizás su nombre no les diga absolutamente nada, pero basta con retroceder hasta los años ochenta para recordar a su padre, el también realizador George P. Cosmatos. Quien dirigiera un par de dignísimas películas durante esos años, en las que se incluyen Rambo 2Leviathan, entre otras. Aunque lamentablemente, no fueron suficientes para hacer su nombre mundialmente conocido, más bien pasó por la industria casi imperceptiblemente, al menos para el común público que vio muchas de sus películas desconociendo quien las dirigía. Cosmatos padre falleció hace ya trece años, y hoy su hijo Panos rescata su legado para presentarnos su propia y muy interesante propuesta cinéfila con Mandy. 
Esta particular historia, es algo así como lo más cercano a tener una experiencia producto del LSD. Pero aquí nada es al azar, principalmente porque su historia se atreve a conectar a sus personajes principales con sus propios demonios internos. Y los transforma en algo distinto, algo que nunca imaginaron ser. Para ello, Cosmatos utiliza su impresionante estilo narrativo y nos obliga a viajar en distintos estados anímicos a través de todo tipo de metáforas, reflexiones, texturas y colores para introducirnos en la más lúgubre de las filosofías. Que va evolucionando en experiencias directamente brutales y descarnadas. Si bien el trabajo de dirección es impecable, denotan sus influencias en películas y realizadores que Cosmatos creció viendo, y aquí podemos encontrar muchas referencias a ellas, y uno que otro homenaje subjetivo (incluyendo: 2001: A Space Oddisey, y Heavy Metal). No obstante, nos dejó un poco al debe justamente con la propuesta más subjetiva de la historia. Ya que si bien, por momentos llega a ser absolutamente desconcertante. Por otros en cambio, disfraza muy bien sus falencias, ya que las metáforas si bien no están para responder preguntas (sino más bien para sugerirlas), hacen buen uso de estas. Pero en el fondo, sigue siendo una historia ya contada, pero desde una perspectiva absolutamente diferente. Y quizás aquí radica la genialidad cinéfila de Cosmatos, porque juega con total soltura con lo abstracto, lo conceptual y lo surreal, sin que se le escape ningún detalle. 
A pesar que a cierto grupo de público no le agrada la presencia de Nicholas Cage en la película (y la verdad es que no entendemos por qué). Hay que ser totalmente objetivos, y rescatar que en su papel de angel vengador esta simplemente notable. Muchos ya han dicho, que esta es una de sus mejores actuaciones, sin dejar atrás a Andrea Riseborough quien prácticamente termina hipnotizando a quienquiera que se atreva ha quedársele mirando fijo (para poner los pelos de punta a cualquiera). 
En definitiva, un sangriento descenso a los mil infiernos con personajes tan intimidantes como malditos (al límite entre lo humano y lo sobrenatural). Algo así como una especie de alegoría al infierno de Dante, pero con intimidante banda sonora de fondo. Sin dejar de mencionar su incendiario ateísmo que perturba como pocas. Perfila a Cosmatos como uno de los directores más emergentes dentro de una industria, que hace tiempo pedía a gritos una renovación.
Dato útil (si no se quiere enterar, mejor no lea): interesante son un par de poleras que usa el personaje del Cage (que es algo así como un spoiler desvergonzado) quien en parte alude a los años de Cosmatos en este mundo (y que en realidad no tiene influencia alguna en la historia)…. Y algo más post créditos. 


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@Tomastrovolt

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